Introducimos en la cubeta de la panificadora la leche, la levadura, el azúcar, la harina y la sal. Activamos el programa de amasado/levado de la panificadora, que dura una hora y media.
Al acabar el programa, amasamos con las manos durante unos 5 minutos, procurando que pierda el aire -la deshinchamos-. Dejamos reposar la masa durante unos 15 minutos.
Quitamos la pala batidora de la cubeta e introducimos la masa como si fuera una "S".
Volvemos a dejar leudar durante unos 30-60 minutos. Lo ideal es que sobresalga algo del borde la cubeta, pero si no sucede, no os preocupéis.
Pintáis la superficie con un pincel mojado en huevo batido y metéis la cubeta en el horno precalentado a 200 grados.
El tiempo de horneado depende del tipo de horno, pero oscilará entre los 30 y los 45 minutos, o hasta que veamos que está dorada la superficie y que si golpeamos la base suena a hueco.