Lavamos bien las quinoa. Todos los que habéis trabajado con ella ya sabéis que se debe hacer varias veces y frotándola bien con las manos. La cocemos con el agua hasta que se vean una especie de anillos alrededor del "cereal" y quede tierna. Es de muy larga cocción, al menos 25 minutos.
Después de hervida preparamos el peské propiamente dicho. Añadimos el aceite y la leche y mezclamos bien. Agregamos el queso -tierno en nuestro caso- bien picado. Incorporamos bien a la mezcla y rectificamos de sal.
En este momento especiamos la mezcla al gusto de cada uno. Ya os hemos comentado que con un poco de nuez moscada y un poquito de clavo rallado quedan muy ricas.
Nosotros tenemos un rallador microplane de especias con el que puedes rallar cualquier cosa por muy pequeña y dura que sea. Va fenomenal para la nuez, el clavo y cosas así.
Solo nos queda rellenar las empanadillas y freír en abundante aceite.