Ponemos en una sartén, unas cucharadas de aceite, salamos las chuletas, y las vamos friendo por los dos lados. Una vez fritas, las sacamos y dejamos en un plato, reservamos.
En el aceite de freír las chuletas, echamos la cebolla rallada y los dientes de ajos rallados. Removemos para que se fría, sin dorarse mucho, al ser muy fina, hay que estar mas pendiente de la sartén, para que no se nos queme.
Yo suelo tener tomate frito congelado, lo frió solo con aceite, lo paso por el pasapurés y lo congelo, en tarrinas de distintos tamaño, al no tener nada solo aceite, me sirve para condimentar el plato con lo que quiera, suelo freír varios kilos, y me ahorra tiempo, cuando quiero cocinar con tomate, es casero y sin conservantes. Una vez que están pochados la cebolla y los ajos, antes de que se doren mucho, le añado el tomate frito, que descongele la noche anterior, dentro de la nevera, si se te olvida en el micro, es muy fácil el descongelar.
Añadir el orégano y el tomillo, si lo tienes fresco, mejor, si no nos vale el seco, dejamos que cueza, a fuego suave. Le echamos, la cucharadita de perejil picado y la de azúcar, así le quitamos el ácido del tomate, con el azúcar.
Añadimos la chuletas, con todos los jugos que habrán soltado en el plato, y dejamos que den un hervor de unos 5 minutos, probamos de sal.
Freímos las patatas, primero a temperatura muy baja, cuando estén casi cosidas dentro del aceite, subimos el cestillo y ponemos al máximo la temperatura, y las doramos, sacamos y metemos, varias veces las patatas, así se nos quedaran mas suflé.
La salsa queda divina, ya puedes preparar pan¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Espero que os guste, es un plato muy sabroso, si no quieres patatas, sírvelo con una ensalada, besos. Adita