Se calientan 3 cucharadas de aceite de oliva en una sartén. Añade las hojitas de tomillo junto con las anchoas. Prepárate porque salpica. Con una espátula de madera rompe las anchoas hasta que se deshagan.
Añade el panko, junto con sal y pimientas blanca y negra. Mezclar bien, bajar el fuego. Dar vueltas frecuentemente para que no se te queme el panko y se vaya dorando. Una vez las migas toman un poco de color añade el ajo y ralladura de limón.
Continúa dando vueltas y dorando las migas hasta que estén completamente doradas. Retira del fuego, ponlo en un bol y reserva.
Hierve los espaguetis en una olla con agua hirviendo y 1 cucharada de sal.
Mientras la pasta se cuece, calienta suavemente 1, 5 cucharadas de aceite de oliva en una olla y saltea el ajo triturado, tomillo, anchoas y pimienta negra.
Una vez que el ajo desprenda su aroma (cuidado que el ajo se quema rápido), añade los copos de guindilla molidos y el aceite de la lata de sardinas. Puede parecerte mucho aceite pero no lo será. Apaga el fuego y espera a que los espaguetis se cuezan.
2 minutos antes de que los espaguetis estén al dente, cuélalos y añádelos a la olla junto con 5-6 cucharadas del agua de cocerlos. Sube el fuego y mezcla bien los espaguetis para que se impregnen bien del aceite. Deja que la pasta termine de hacerse en la olla, como 2 minutos más. Añade más agua si lo necesitaras.
Una vez que el agua se haya absorbido, añade las sardinas y mezcla. Ve rompiendo las sardinas ligeramente.
Añade un chorrito de zumo de limón y espolvorea con las migas de panko antes de servir.
La receta lleva panko (el pan rallado japonés) en vez de pan rallado. El panko no está elaborado con pan como pueda pensarse, se hace con harina de trigo y un proceso de extrusión (tuve que buscar su significado) y cribado. Una vez tratado se seca en turbinas de aire caliente. El panko permite hacer rebozados más ligeros ya que no absorbe tanto aceite, el empanado queda crujiente. Yo he comprado panko en tiendas asiáticas. Si no tienes, puedes utilizar un buen pan de molde, dejarlo secar unos días o meterlo al horno y luego triturarlo de forma que no te quede muy desmenuzado. Lo metes en una bolsa y con un rodillo de amasar lo golpeas. No es exactamente igual, pero...