Batir con la batidora la pulpa de la calabaza con el azúcar y el aceite. Poner en un barreño la harina.
Añadir la calabaza, la leche un poco templadita en la que habremos disuelto la levadura y los huevos e ir mezclando con una cuchara de madera hasta que la masa la podamos trabajar con las manos aunque queda algo pegajosa.
Tapar con un paño y dejar levar en un lugar oscurito y templado mínimo una hora hasta que casi triplique su tamaño. Formar unas bolas de 300 g y colocar encima de una neula. Volver a tapar y dejar levar otra hora o algo más.
Levantar la clara del tercer huevo a punto de nieve con un puñado de azúcar y colocar la yema en una taza de café con un chorritón de aceite. Pintar con la yema las bolas y en la parte de arriba poner la clara. Hornear en el horno caliente a 180º unos 20 minutos o algo más.
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Le falta azúcar