Calienta el aceite en una sartén y pon a freir los ajos enteros y sin pelar hasta que estén bien dorados. Reserva. Sazona el pollo y doralo en el mismo aceite que has hecho los ajos; una vez dorados, escurrelos bien y ponlos en una cazuela.
En ese mismo aceite, dora la cebolla picada finita hasta que esté transparente, añade el tomate sin piel ni pepitas y a daditos y fríe todo bien.
Cuando esté hecho, añadelo a la cazuela del pollo, riega con el vino y deja evaporar a fuego medio, añade el caldo de ave y el laurel. Cuece a fuego lento. Machaca ahora los ajos fritos junto con las almendras, las yemas de huevo, el azafrán tostado y el perejil.
Añadeselo al guiso de pollo, rectifica de sal y deja cocer hasta que esté muy tierno y la salsa quede espesita. ( 40-50 minutos).
Una vez hecho, déjalo reposar unos minutos, y sirve acompañado con rodajas de clara de huevo y rodajas de tomate.