En una sarten calentamos el aceite y añadimos la harina dando vueltas con una cuchara de madera unos minutos para que se tueste y luego la bechamel no sepa a harina.
Después, con la leche ya caliente, se la vamos añadiendo poco a poco, revolviendo sin cesar hasta obtener una mezcla suave y homogénea. No es necesario que sea muy espesa para esta receta. Además, una vez fría la bechamel siempre espesa bastante.
Por otro lado, cubrimos con la salsa de tomate el fondo de una fuente que llevaremos luego al horno.En una sartén con un poco de aceite vamos friendo las costilletas. Una vez fritas, les retiramos los ajos y las colocamos en la fuente, encima de la salsa de tomate.
A cada una le ponemos una loncha de jamón cocido y una de queso y sobre ellas, vertemos la bechamel procurando que queden bien cubiertas. Espolvoreamos con queso rallado de forma generosa y al horno unos 20 minutos a 170º con calor arriba y abajo, hasta que tenga este color tan bonito.