Segundo chaufa de quinua

Preparación

• Un par de horas más tarde, cuando ya apretaba el hambre, correr a la cocina, en mi más fuerte fuego poner un wok y en mi fuego normal poner una estufa de Teflon. Al wok poner un poquitín de aceite de canola. Esto se salta, no un chisporroteo, y el papel del aceite no es cocinar, pero transmitir eficazmente el calor del wok a los alimentos.
• Cuando ha sido que quemaba, achachay vela, lanzar a un único envión la parte blanca de lo que es cebollitas, la guindilla, el ajo, el kion y el pimiento. Todas estas cosas tienen un punto de cocción similar. Durante este tiempo, lanzar los calabacines en hielos a la estufa de Teflon.
• Poner a atacar a dos manos, desplazan, transportan, aumenta y de vuelta. Es un ejercicio entero físico y de control mental. Si a uno él se va la mano, el piso de la cocina es lleno de ingredientes. Malo, malo, malo. Cuando los calabacines han comenzado a dorar, invertir en el wok y sobre la estufa calientísima él hule caer el pollo en hielos. Atacar y atacó con entusiasmo hasta que tenga dado que era dorado por los cuatro lados.
• Como son pequeños pedazos, no es necesario que estén asados. En una cocina doméstica llegar al punto de total dorado sin ayuda de materia grasa o empanizados, conducido a un pollo seco como lengua de loro. En este punto invertir el pollo sobre el resto de ingredientes que se hacían en el wok. Al final, solamente al finmettre la parte verde de lo que es cebollitas. No los quería ti matas, no los quería demasiado cocinadas, los quería verdes, perfumados y sabrosonas.
• Pagar un poquitín de agua a la mezcla para limpiar bien el fondo de wok, que ya tenía cosas clavadas, y eso es malo por dos cosas: se quema quién y que es a continuación una jeringuilla la operación lavada. Con la toda sequía, ya comenzar a poner el después de cuatro otras cucharones generosas del quinua cocido que descansaba en su pote junto al wok.
• Retourner.Verser una cantidad moderada de salsa de ostión. Probar y tiene dado que había chuma, como décimos en esta tierra a las escasas cosas de sabor. Otra ración prudente y él estarrivé en un punto de sal perfecto. Una vuelta además, y finalmente de las gotitas de aceite de sésamo más por aroma que por sabor o textura.