Pelamos y cortamos dos ajos fileteados, y sofreímos en una sartén junto con una guindilla, a fuego medio, durante tres minutos (sin que el ajo llegue a dorarse).
Incorporamos los pimientos del piquillo, un poco de sal, y mantenemos a fuego lento durante unos quince minutos (como si estuviéramos confitando los pimientos).
Cuando hayan pasado diez minutos y nos queden cinco, incorporamos un tomate natural pelado y picado, junto con una cucharadita de azúcar (para contrarrestar la acidez).
Cortamos el solomillo en filetes no demasiado finos, y a fuego muy fuerte, los marcamos por ambos lados (no más de un minuto por cada lado). Salpimentamos.
Incorporamos los filetes en la sartén, ponemos a fuego medio dos minutos, y servimos inmediatamente. (Es muy importante que el solomillo no se haga demasiado en exceso, por lo que es suficiente el tiempo indicado)