Colocar las 3 cucharadas de azúcar y las cinco o seis cucharadas de líquido (agua y kirsch) en una olla y cocinar hasta que se disuelva el azúcar y comience a hervir.
Bajar del fuego y agregar el azúcar glass, revolver hasta disolver bien y formar el glaseado
Colocar la miel, azúcar, canela, clavo en polvo y nuez moscada en una olla, calentarla hasta que hierva y bajar del fuego.
Agregar la piel de naranja y limón confitadas trituradas, las almendras y la piel rallada de un limón, mezclar bien.
Incorporar el kirsch, harina y polvos de hornear, mezclar y amasar hasta formar una masa suave.
La masa todavía estará tibia, dividirla en dos, y extenderla sobre dos bandejas engrasadas o cubiertas de papel encerado o lámina siliconada. El grosor será de 5 mm.
Para extenderla a funciona hacerlo con la mano, dándole golpecitos rápidos con la palma extendida, porque es un poco pegajosa, pero al empezar a enfriarse alcanza el punto donde es muy fácil trabajarla.
Dejar reposar durante 6 horas o toda la noche en un lugar seco.
Hornear durante de 15 a 20 minutos en horno precalentado a 220 grados. Sacar cuando los bordes empiecen a dorar y haya esponjado.