Ponemos en el vaso, las fresas, la leche y el azúcar, trituramos a velocidad 5-10 hasta que veamos un puré, añadimos la nata (y la leche evaporada en este caso) y dos sobres de cuajada. Programamos 10 minutos, 90º, velocidad 4.
Vertemos la mezcla en un molde (yo usé uno de silicona). Dejamos enfriar hasta que empiece a cuajar. Lo hace enseguida, pues sale bastante compacto de la máquina.
Lavamos un poco el vaso, y ponemos el queso, la leche, la nata , la leche evaporada y el azúcar. Ponemos 10 segundos velocidad 5-10 progresivo, para deshacer el queso. Añadimos la cuajada y 8 minutos 90º v.4.
Sacamos el molde de la nevera, comprobamos que está "medio cuajado" y vamos añadiendo la mezcla de fresas con mucho cuidado para que no se mezclen las capas. Para que no caiga de golpe desde el vaso a la capa de abajo, un truco es dejar resbalar el líquido sobre un cucharón vuelto del revés. Así caerá más suavemente sin golpear sobre la capa que tenemos ya medio cuajada sin romperla.
Metemos en la nevera para que termine de cuajar y listo. Estará más asentado si lo hacemos el día anterior a su consumo, pero el mismo día se puede comer ya que cuaja muy rápido.
Si no tienes Thermomix, no llores que también se puede hacer de forma tradicional. Consiste simplemente en hacer un puré con las fresas en una batidora y hacer las dos capas en un cazo al fuego. Te llevará más tiempo, pero saldrá igual de rico.