Riquísimas galletas realizadas con una grasa cardiosaludable como es el AOVE en sustitución de la mantequilla que, aunque de origen natural, aporta grasas saturadas.
Mientras caliento el horno a 165º voy mezclando la harina con el aceite, la levadura, el azúcar y las especias, lo integro bien y por último añado los huevos y sigo mezclando. Cojo porciones de la masa, formo bolitas con la mano, las chafo con las palmas, les doy un acabado con los dedos y las coloco en la bandeja del horno forrada con papel vegetal ( es el que mejor me va para que no se peguen). Las horneo hasta que cojan color. No hace falta que salgan crujientes del horno, porque se quemarían, al cabo de un ratito de haberlas sacado y cuando se enfríen estarán al punto, aunque a mí me gustan, si llegan, de un día para otro.
QUE RICAS ESTAS GALLETAS LAS HE HECHO YO COMO 15 VECES Y A MI FAMILIA SE LAS COMEN COMO SI SE LAS FUESEN A QUITAR.HACEDLAS Y LAS VOLVERÉIS HACER INFINIDAD DE VECES.FELICIDADES HA QUIEN LAS HAYA INVENTADO.
Que un postre nos traiga recuerdos del buen saber hacer en la cocina de nuestras abuelas, eso sí que es un piropo! Gracias por tu comentario! :D