Primero hacemos una infusión con 250 ml de Horchata de Chufa de Valencia, el cardamomo y la menta. Recomendaría hacerla en una cazuela tapada, que utilizaremos también luego.
Mientras la infusión va haciéndose, si utilizamos hojas de gelatina, las ponemos en un recipiente con agua y un par de cubitos de hielo para que se hidrate.
Una vez se ha hecho la infusión, sacamos los granos de cardamomo y la menta y añadimos la gelatina (las láminas hidratadas o el sobre), y mientras se va derritiendo, le añadimos también el resto de la horchata, el azúcar y la vainilla.
Una vez se ha hecho la infusión, sacamos los granos de cardamomo y la menta y añadimos la gelatina (las láminas hidratadas o el sobre), y mientras se va derritiendo, le añadimos también el resto de la horchata, el azúcar y la vainilla.
Cuando está todo bien mezclado, ponemos la mezcla en el molde o moldes y a la nevera unas dos o tres horitas, hasta que cuaje. La reservamos en la nevera hasta que vayamos a comerla.