Montar los huevos con el azúcar de forma que queden espumosos y cremosos. Añadir el zumo de naranja, la ralladura, el aceite y el anís. Después agregar la harina mezclada con la levadura en polvo Royal.
Dejar reposar la masa media hora, o incluso de un dia para otro. Quedan así muy ricas. Formar rosquillas y freír en abundante aceite caliente. Dejar entibiar un poco y todavía calientes rebozar en azúcar granillo.
Luego dejar enfriar completamente antes de consumir. Es mejor dejarlas para el día siguiente, si es que se puede o te dejan. Con esta cantidad salen un buen montón de rosquillas, pero duran unos cuantos días.
De todas formas se pueden dividir las proporciones, pero ya que nos ponemos y que las tardes van siendo más fresquitas y largas, se puede uno dar el capricho de poder obsequiar a la familia y amigos con unas ricas rosquillas.
La masa debe quedar un poco pegajosa y es mejor así, para que quede más ligera y esponjosa. Si está muy metida en harina, las rosquillas salen bastas y se ponen duras muy rápidamente. Si cuesta un poquito manejar la masa para formar las rosquillas, se enpolvan las manos con un poco de harina y así se forman muy bien.