Sobre la mesa de trabajo, pon una hoja de papel de horno (papel sulfurizado). Funde el choclate al baño maría, de la forma que hemos hablado varias veces. O sea, dos terceras partes primero, luego le añades el resto, lo remueves hasta que se derrita, y lo vuelves a poner al fuego un ratito.
Pon en el papel una cucharada y extiende, formando un disco con el dorso de la cuchara. Haz varis seguidos para que el chocolate no se derrita.
Decora sobre cada uno de ellos con una pasa, almendra, avellana. También puedes poner tiras de naranja escarchada, almendras molidas... Ya puedes jugar un poco con tu imaginación y tus gustos.
Hacer algunos con perlitas de caramelo, lacasitos, fideitos de colores... Espera que se enfríen del todo, y se despegarán del papel de horno muy fácilmente.