Lavar las frutas, y sin pelarlas, cortarlas en rodajas lo más finitas posibles. Desechar todas las semillas, pero reservar todo el jugo que suelten.
Medir rodajas y jugo por tazas y colocar en una cacerola con el triple de su volumen de agua.
Poner a hervir hasta que las rodajas de naranja y limón estén tiernas.Escurrir, reservar el líquido de cocción.
Cortar luego las rodajas en fina juliana. Volver a poner la juliana de naranja y limón en la cacerola donde hirvieron.
VOLVER A MEDIR todo por tazas y poner todo en otra cacerola grande.Por cada taza de juliana y líquido de cocción, agregar en la cacerola una taza de azúcar.
Hervir sobre fuego fuerte, revolviendo ocasionalmente con cuchara de madera, hasta que parezca que la mermelada comienza a "chirriar o rezongar haciendo globitos".
Para ese entonces habrá reducido 1/3 del volumen y aparentemente parecerá demasiado líquida.
Pero como estas frutas tienen demasiada "pectina", esto hace que al enfriarse la mermelada espese. Retirar envasar en caliente en frascos esterilizados y almacenar.