Pelamos y cortamos las berenjenas a triángulos. Las introducimos en un recipiente con leche y sal para que pierdan su amargor y las dejamos unas 12 horas en la nevera.
Escurrimos las berenjenas y las rebozamos con harina. El resultado lo freímos en aceite a 180-200ºC durante un minuto o minuto y medio y las escurrimos sobre papel absorvente.
Ponemos un poco de sal fina por encima.Las emplatamos y le añadimos miel de caña y la sal maldon.