En el bol de la batidora, mezclar la harina, azúcar y levadura (no poner el sal para no afectar el crecimiento). Añadir el huevo y buttermilk y batir en velocidad baja con el gancho por 8 minutos, si necesario añadir un poco más de harina para despegar de las laterales del bol. Añadir la mantequilla y batir por más 10 minutos hasta hacer una masa elástica y homogénea.
Cubrir con un plástico y dejar leudar en un lugar sin corriente de aire por aproximadamente 1h30. Separar 50 g de harina y mezclar con la cucharada de sal. Batir la masa nuevamente en la batidora por 10 minutos, añadiendo la harina y sal, si necesario un poco más de harina. No dejar la masa densa, debe estar muy suave y fácil de pegar en las manos.
Llevar para una superficie sin harina y sobar un poco. Dividir la masa en dos o tres. Abrir cada trozo de masa con un rodillo, esparcir el relleno y enrollar cuidadosamente. Poner cada pan en un molde de pan untado con mantequilla. Hacer cortes profundos con una navaja, pincelar con la yema y mantequilla, espolvorear orégano y dejar crecer nuevamente por aproximadamente 2 horas.
Precalentar el horno a 180°C y hornear los panes por aproximadamente 40 minutos hasta que estén dorados. Retirar de los moldes y dejar enfriar sobre un paño, virando para que enfríe de los dos lados. Guardar en un recipiente bien cerrado o saco plástico.
Relleno Cortar en cubitos bien pequeños los tomates y espolvorear con un poco de sal. Reservar por 10 minutos para perder agua. Mezclar el jamón, queso, tomate sin agua y orégano.
Para pincelar Derretir la mantequilla y dejar enfriar. Añadir la yema y batir con un tenedor.