Precalentar el horno a 200º. Cocer la patata hasta que esté bien blandita. Mientras tanto pochar la cebolla picada con la mitad de la mantequilla y un poco de aceite.
Pelar la patata cocida y machacarla en un bol hasta formar un puré, añadirle la mantequilla, las yemas de los huevos, la cebolla pochada y el queso rallado. Salpimentar y mezclar bien.
En un bol a parte, batir las claras a punto de nieve con una pizca de sal. Cuando estén bien firmes ir incorporándolas poco a poco a la mezcla de patatas con movimiento envolventes.
Meter esta mezcla en los moldes para suflés dejando un dedo de separación hasta el borde. Hornear a 180º durante 15 minutos sin abrir el horno en ningún momento, ¡veréis como sube! Servir de inmediato.