Calentamos 30 segundos la leche en el microondas. La sacamos y le agregamos la levadura desmenuzada. Removemos bien y reservamos.
En un bol ponemos la harina, la sal y la mezcla de leche que teníamos. Agregamos el azúcar invertido y el yogur. Ayudándonos de las varillas de amasar, mezclamos unos 10 minutos incorporando la mantequilla hasta conseguir una masa lisa, aunque bastante pegajosa.
Tapamos la masa con film y dejamos que fermente hasta que doble el volumen. Aprox. 1 hora.
Ponemos la masa sobre la encimera y espolvoreada con un poquito de harina y la aplastamos un poco. Dividimos la masa en 20 porciones de aproximadamente 25 g y las boleamos ayudándonos de un poco de harina en las manos para formar bollitos. Una vez formados todos los bollitos, cogemos cada uno, lo extendemos un poco y le ponemos en el centro el queso. Cerramos bien y boleamos. Iremos dejando en una fuente de horno con papel de hornear de manera que formemos un arbol. Volvemos a tapar la fuente con film y dejamos fermentar nuevamente.
Pincelamos los bollitos con mantequilla derretida o huevo batido y espolvoreamos sésamo por la superficie.
Precalentamos el horno a 200 grados e introducimos la bandeja a media altura bajando la temperatura a 180 grados durante 15-20 minutos o bien cuando los bollitos estén dorados.
Sacamos del horno y con mantequilla derretida untamos nuevamente por la superficie de los bollitos para darles brillo.