Esto ha sido un experimento. Tenía un trozo de patata y aproveché para experimentar un poco. Había visto por la red recetas de chips de remolacha, de batata, calabacín, al horno, al microondas... y pensé hacer la prueba.
Me llaman mucho la atención los chips hechos al horno. Aunque si te pones a pensar te salen por un congo por lo que tira el horno, al margen de que te puedes tirar una tarde haciendo tandas de chips. Pero bueno, si te gusta cocinar, te gusta hacer estas tonterías.
El caso es que con media patata que tenía la corté con la mandolina con un grosor como para tortilla. Las metí en una bolsa y eché un buen chorro de vinagre de vino tinto. Tiene que ser un vinagre fuerte para que luego se note algo. Se dejan las patatas en la bolsa durante 1 hora para que coja bien el sabor.
Pasado este tiempo se escurren (no se pasan por el chorro del grifo). Se ponen en un bol y se echa un chorrito de aceite de oliva y se mezcla bien para que todas se impregne. No eches mucho porque la cuestión es conseguir chips "lights". Espolvorear con sal y cebolla en polvo (o ajo en polvo o pimentón...).
Ponerlas en un plato llano:
Mi horno tiene una potencia de 700 vatios. Metí el plato durante 3 minutos. Les das la vuelta y otros 3 minutos:
Y de nuevo otros 3 minutos por cada lado. Pero vamos, que se pueden dejar 6 minutos por lado pero es que en el blog del que saqué la receta decía 3 minutos por lado y ya... para nada... necesitaron más tiempo, cuestión de potencia del microondas.
No hace falta decir que con este apetito voraz mio, esta cantidad ridícula de patatas me duró el tiempo que las sacaba de la cocina al salón. Me senté en el sofá y mi plato ya estaba vacio.