Este es un pan que viene de Rusia, de ahí la originalidad de su nombre “pan ruso de patata”. Usar patata en el pan se debe a que antiguamente era más barata y accesible que la harina blanca. Tener en la despensa pan blanco era signo de riqueza y el pan negro o de centeno era de pobres… igualito que ahora…
En esas zonas frias las patatas se cultivan muy bien pero el cultivo de cereales roza pelín el límite.
Se ponen las patatas a hervir. Como se han cortado en daditos tardarán poco en estar hechas. Se cuelan y se reserva 150 ml del agua de cocción.
Se trituran las patatas con un tenedor, se le añade el agua de cocción y se mezcla bien. También se pueden meter en la batidora y hacer un puré. Yo, por no ensuciar más, lo hice a manubrio. Este puré se echa en la cubeta de la panificadora.
A continuación se echa la mantequilla, luego las harinas. En un esquina de la cubeta se pone la sal, en la otra la levadura, en la otra las semillas de alcaravea.
Se programa la panificadora en la función 6, amasado y levado.
Pasado este tiempo sacar la masa y ponerla sobre la encimera enharinada. Trabajarla un poco y ponerla sobre un molde metálico. Haciendo esto evitamos que la masa de desparrame mucho y quede muy fina como me pasó con mi último pan de centeno. El molde mantendrá recogida la masa. Espolvorear harina integral por encima y hacer unos cortes con una cuchilla bien afilada con el diseño que os guste (rayas, rombos, cuadrados…).
Cubrir la masa con un paño o film de cocina y dejar durante 1 hora para que suba un poco más. A la media hora poner el horno a 200º.
En la receta original se dejaba en el horno 35 minutos pero a mi me tardó algo más de 45 minutos. Quizás al ser de patata le costó más hornearse. Tuve que poner papel de aluminio encima del pan para que no se quemara.