Vierte en una cazuela de barro, aceite de oliva virgen extra, lo suficiente para cubrir el fondo con generosidad. Una vez muy caliente, ( humeante ), apaga el fuego y añade los ajos a rodajas, y las guindillas partidas por la mitad. Quita las pepitas, o añade solo una, si no eres de demasiado picante. Deja hacer un minuto, y añade una cucharadita de pimentón. Mueve un poco.
Vuelve a poner en el fuego, y añade el pulpo. Deja hasta que veas que el aceite toma vida de nuevo. Remueve.
Pon un apartador, y sirve en la misma cazuela. ¡Cuidado que quema! Añade un poco de sal.
Comentarios de los miembros:
Una pregunta...el pulpo se corta crudo? o tiene que ser cocido ante
Es lo mas delicioso que he degustado últimamente..:)
Riquisima