Antes de nada ponemos a precalentar el horno a unos 200º. Lavamos los pimientos y luego los secamos para colocarlos en una fuente para horno y los regamos con un poco de aceite.
Bajamos la temperatura del horno a 180º y los asamos unos 30 minutos dándoles la vuelta de vez en cuando. Los retiramos y los dejamos templar para pelarlos más fácil.
Pelamos los ajos y los picamos muy finos, junto con las hojas de perejil lavadas. Pelamos los pimientos y les retiramos las semillas.
Luego los cortamos en tiras a lo largo. Los salpimentamos y les ponemos encima la mezcla de ajo y perejil por todas las tiras y las regamos con un poquito de aceite.
Tostamos las rebanadas de pan en el horno o también vale en un tostador y repartimos los pimientos sobre ellas, alternando los colores para que queden más bonitas.
Cortamos el queso en cuatro rodajas y colocamos una a cada tostada y volvemos a regar con un poco de aceite.
Espolvoreamos con el orégano y las gratinamos en el horno unos cinco minutos. Servimos caliente.
Esta rica y sencilla receta para una magnifica cena nos llevará unos 35 minutos.