No sé si habréis oído hablar alguna vez de las famosas galletas de mantequilla 3,2,1 cuya receta circula por la red. En realidad, las vi por primera vez en el blog “kanela y limón” y me parecieron tan fáciles y apetecibles que no pude resistir la tentación. No es necesario ningún cacharro extraordinario, se mancha poco y son ideales para hacer con los peques de la casa. Además, el aroma que dejan en la casa es mejor que el de cualquier ambientador.
Precalentamos el horno a 180ºC. Mezclamos los tres ingredientes en un bol y amasamos hasta que estén todos bien integrados. Si tenéis robot de cocina ahorrareis tiempo.
Hacemos bolitas de tamaño similar y las ponemos sobre papel vegetal en la bandeja del horno. Aplastamos con un tenedor para hacerle los surcos. Horneamos durante unos 15 minutos o hasta que estén doraditas.
Calientes las podemos pasar por azúcar o azúcar-canela o tomarlas tal cual. Dejamos enfriar y listas nuestras deliciosas galletas.