Lo primero que haremos será precalentar el horno a 180º. Después en un recipiente amplio añadimos la harina. Batimos un huevo y los añadimos al recipiente junto con la harina, añadimos una cucharadita de levadura química o polvo de hornear, añadimos la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente, azúcar y por último le añadimos las 4 cucharadas de miel. Mezclamos hasta obtener una masa homogénea, primero con la ayuda de una espátula y después nos ayudamos de las manos.
Amasaremos hasta conseguir una masa homogénea y compacta como esta. Dejaremos reposar la masa en la nevera durante unos 10 o 15 minutos.
Una vez que la masa ha reposado, espolvoreamos harina sobre la superficie de trabajo, sacamos la masa de la nevera y la estiramos con la ayuda de un rodillo. Dejaremos un grosor de 1 cm o 1.5 cm. Y con la ayuda de un cortapastas vamos cortando la masa y dejando las galletas sobre un papel de horno.
Las metemos en el horno a 180º durante unos 20 o 25 minutos.
Después las sacamos del horno y dejamos que se enfríen.