Preparamos la masa de arranque el día antes. Mezclamos la masa madre,la harina de centeno y el agua en un cuenco pequeño,tapamos con film transparente y reservamos.
Salteamos muy ligeramente las cebollas en el aceite a fuego medio hasta que estén transparentes. Las sacamos de la sartén y dejamos en un cuenco hasta que estén templadas. Las incorporamos a la masa de arranque, volvemos a tapar con film y dejamos a temperatura ambiente hasta que fermente, después dejamos en el frigo toda la noche.
Al día siguiente sacamos la masa de arranque del frigo una hora antes de hacer la masa. Para hacer la masa ponemos todos los ingredientes en la panificadora y añadimos el agua justa para obtener una masa suave. Conectamos el programa de amasado y dejamos amasar unos 8 minutos.
Engrasamos un bol grande con aceite de oliva, ponemos la masa dentro y la hacemos rodar para que se engrase toda.Tapamos con papel film y dejamos que fermente a temperatura ambiente durante 1 1/2 a 2 horas o hasta que doble su tamaño.
Retiramos la masa del bol y dividimos en 2 o 3 partes iguales, dale la forma deseada o pon en moldes engrasados con aceite. Para hacerlos en forma de barra, cubre las bandeja con papel vegetal y espolvorea con semolina o harina de maíz. Coloca las barras sobre el papel y pulverizamos con aceite. Dejamos fermentar la masa unos 90 minutos a temperatura ambiente.
Precalentamos el horno a 175º para los panes de molde y a 205º para las barras, ponemos la rejilla en posición intermedia, pintamos con el huevo batido y hacemos unos cortes. Horneamos durante 40-45 minutos. Deben tener un tono dorado homogéneo y sonar a hueco al darle un golpecito por abajo. Los sacamos del horno y dejamos enfriar al menos 1 hora antes de cortarlos.