Tamizamos la harina con la sal y la ponemos en el recipiente de la amasadora.
Diluimos la levadura en la leche tibia y la mezclamos con el yogurt y el aceite.
Vertemos esta mezcla sobre la harina.
Amasamos bien, hasta obtener una masa lisa y homogénea. A mitad del amasado, añadimos el coco rallado hasta que se integre bien.
Hacemos una bola y la dejamos reposar tapada en un recipiente untado de aceite, hasta que doble su volumen.
Volvemos a amasar sacando el aire a la masa y hacemos porciones de unos 60 g. Hacemos una bola y la aplastamos dándole forma ovalada y plana, con la ayuda de los nudillos.
Colocamos las porciones en la bandeja del horno, cubierta de papel vegetal ó silpat engrasado, y se deja reposar 20 minutos.
Precalentamos el horno a 230º.
Pintamos los panes con mantequilla e introducimos la bandeja en el horno durante 12 minutos.
Pasado ese tiempo y si los panes están dorados, los retiramos y guardamos cubiertos con un paño, para comerlos calientes, recién hechos.