Primero escaldamos los tomates. Es decir, en un recipiente (comprueba que quepan todos antes) ponemos los tomates y les echamos agua hirviendo. Les dejamos reposar uno o dos minutos, y metémos en agua fría.
Vale con meterlos debajo del grifo. No te preocupes si se les raja la piel, es normal. Ten cuidado de no quemarte y quítales la piel y lo blanco y duro pegado a la rama (que previamente habremos retirado).
Pica finito todos los tomates. Pica la cebolla: Pica la zanahoria: Cubre generosamente el fondo de una sartén de aceite de oliva. Cuando esté caliente, echamos la cebolla y la zanahoria y se añade el diente de ajo entero (ni lo pelamos, es sólo para dar sabor).
Una vez doradita la mezcla, retiramos el ajo y le añadimos el tomate: Salpimentamos y comprobamos la acidez, si es necesario, añade algo de azúcar.
Dejamos al chupchup hasta que coje la textura deseada. Tener casi dos horas. Hay quien le da un par de vueltas y listo. Ayer me apeteció así. Cuando terminó, se veía así:
Pasamos por el pasapurés: Listo, el resultado final, lo vemos arriba. Una pena no haber tenido una ramita de perejil para adornar.