En una cazuela ponemos a calentar el caldo. En el Wok o cazuela de paredes altas echamos aceite. Cuando esté caliente salpimentamos el pollo y lo freímos hasta que quede un poco dorado.
Lo retiramos y dejamos en una fuente. En ese mismo aceite colocamos la cebolla y el ajo, revolvemos para que se vaya haciendo y cuando la cebolla empiece a estar blanda añadimos las tiras de pimiento verde y rojo.
Cuando veamos el pimiento blando, añadimos el tomate y el perejil picado. Dejamos que el tomate evapore su jugo y cuando veamos el refrito seco retiramos del fuego y echamos el pimentón y el azafrán.
Revolvemos bien, añadimos el vino blanco y colocamos, de nuevo en el fuego, y añadimos el pollo que tenemos reservado. Mezclamos bien todos los ingredientes y cuando se evapore el alcohol ponemos el arroz.
Seguimos mezclando todo. Cuando el arroz coja color regamos con el caldo de pollo. Cuando empiece a hervir rociamos con el zumo de medio limón y añadimos los guisantes frescos, que se harán con el tiempo del arroz.
Dejamos que se haga 5 minutos a fuego vivo. Luego bajamos el fuego para que se haga a fuego medio 20 minutos.
Dejaremos reposar 5 o 10 minutos antes de servirlo.