Ya las disfrutemos en caliente, como guarnición, o frías, en una ensalada, ¡las judías verdes son tan sabrosas como saludables! Perfectas como primer plato o entrante, y excelente opción para acompañar nuestras carnes y pescados. Sigue nuestros consejos para conseguir una cocción perfecta y disfruta hoy mismo de este alimento tan simple de cocinar pero que nos ofrece grandes posibilidades a la hora de planear nuestro menú diario.
Lavar las judías verdes en agua fría. Cortar y desechar los extremos. Con un cuchillo retira también los laterales para eliminar las fibras y hebras. Si son muy gruesas puedes cortarlas por la mitad verticalmente.
Hervir abundante agua con sal en una cacerola grande. Cuando el agua llegue a ebullición echaremos las judías verdes.
Cocer durante 10 o 15 minutos. El tiempo va a depender del tamaño de los vegetales y también de la textura que desees conseguir (al dente o más blanditas).
Una vez cocidas, retiraremos las vainas con una espumadera y las pondremos directamente en un bol grande con agua y hielo. A esto se le llama blanquear y ayudará a que las judías mantengan su color verde vivo.
Y listo! Ya sólo nos queda servir. Si lo deseamos aderezar con un chorreoncito de aceite de oliva, sal, pimienta y vinagre. Otra opción es rehogarlas durante un par de minutos en una sartén con un poco de aceite.
Es posible que conozcas a las judías verdes con otros nombres como: vainas, vainicas, habichuelas verdes, habichuelillas, porotos verdes, chauchas...
¿Se pueden congelar las judías verdes? Sí se puede. Para ello, simplemente lava las vainas con agua, escurre y retira la humedad con un paño de cocina limpio o papel de cocina, corta y desechar las puntas y los filamentos laterales y envasa en un bolsa o recipiente de congelación.
¿Cómo se cocinan las judías verdes si son congeladas? Las judías verdes congeladas requieren un tiempo de cocción menor que las judías frescas. Así que, en 5 o 10 minutos de hervor las tendrás listas.