Ponemos una sartén al fuego con un fondo de aceite de oliva y le añadimos una cebolla partida al medio, la cabeza de ajos entera y dos zanahorias peladas y enteras.
Pasamos los trozos de gallo por harina, sacudimos para eliminar el exceso y los introducimos en la sartén que tenemos al fuego para sellarlo. A medida que vamos sellando el gallo, lo introducimos en un recipiente que puede ir al horno con la otra cebolla partida al medio, las dos zanahorias peladas y enteras, una cabeza de ajos entera, la tira de la panceta, tres granos de pimienta negra, los tres clavos, las dos hojas de laurel partidas en trozos y una vez todo el gallo pasado por la sartén, ponemos encima una buena rama de perejil.
Llevamos el recipiente al fuego y le volcamos encima el aceite colado en donde hemos pasado el gallo. Incorporamos el vino blanco y el brandy. Le añadimos caldo suficiente que lo cubra y lo dejamos al fuego a hervir durante 10 minutos aproximadamente.
Lo salamos ligeramente y lo introducimos en el horno durante unos 45 minutos. Rectificamos de sal si fuese necesario y lo servimos acompañado de patatas fritas, guisantes y pimiento morrón o del piquillo.