Ponemos los garbanzos en remojo la noche anterior.
Picamos la cebolla y los ajos. Refreímos en una sartén con aceite hasta que la cebolla se vuelva transparente.
Troceamos los huevos duros y las patatas.En una cazuela echamos todos los ingredientes y cubrimos con agua. Si queremos que nos quede más trabado el caldo, diluimos en medio vaso de agua una cucharada de harina y la añadimos al guiso.
Ponemos a cocer el tiempo necesario para que la olla que estemos utilizando cueza unos garbanzos.