Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas muy finitas. Hacemos lo mismo con la cebolla. En una fuente de horno ponemos un chorro de nata y vamos colocando la primera capa de patatas.
Después añadimos un poco de cebolla y bacon y lo condimentamos con sal, pimienta y nuez moscada. Vamos repitiendo esta operación hasta que acabemos los ingredientes. Recordad que la última capa debe ser de patatas.
Añadimos nata suficiente hasta que cubramos las patatas y añadimos trocitos de queso por encima. Aquí podéis usar el queso que más os guste. En mi caso, corté trocitos de emmental.
También le va bien los preparados que venden de quesos rallados para gratinar. Con el horno precalentado a 180º, lo cocinamos durante unos 30-40 minutos. Dependerá de lo gruesas que hayáis cortado las patatas. La parte de arriba debe quedarse doradita.