En un poquito de aceite, rehogamos la cebolleta y la cabeza de ajo partida en dos. Al ratito, añadimos el jamón, y, de momento, las habas, que hemos enjuagado. No hace falta descongelarlas.
Movemos, y al poco, echamos un chorreón de agua, y guisamos hasta que estén tiernas las habitas. Comer caliente, pero está igual de bueno frío. Venga!!!, que las verduras son nuestras aliadas, y ademas están riquísimas.