Esta es mi primera vez con la quinoa. Esta receta me pareció perfecta para iniciarme en sus misterios ya que es uno de esos superalimentos tan de moda últimamente.
Se pone la quinoa en un colador bajo el grifo para lavarla bien. El agua tiene que salir limpia.
Ayudándote de una mandolina, corta los calabacines en rodajas finas. Necesitaremos 15 rodajas por lo que tendrás que usar las que mejor aspecto tengan.
Colócalas en papel de cocina para que no estén húmedas.
En una cazuela pon un chorrito de aceite y a fuego bajo sofríe la cebolla y el ajo durante 15-20 minutos, dando vueltas frecuentemente para que no se queme. Añadir el tomate triturado y la cucharada de hierbas de tu elección, sal y pimienta. Pon la tapa a la cazuela y cocina el tomate durante 15-20 minutos.
Pasado este tiempo, añade 2 tazas de caldo vegetal y la quinoa. Llevar a ebullición, bajar el fuego y cocinar durante 15 minutos.
Pasado este tiempo retira del fuego y añade la ricota. Mezcla bien.
En una fuente de horno poner una taza de esta salsa y encima 5 rodajas de calabacín.
Añadir otra taza de salsa, 50 gr. de queso rallado light.
Repetir 2 veces más, en total serán 3 capas. La última será calabacín, salsa, queso rallado light y queso parmesano.
Meter la fuente al horno a 200ºC durante 20 minutos.
Cuando la saques del horno dejar reposar durante 20 minutos. Pasado este tiempo la lasaña está más asentada y el queso no está tan líquido.
La quinoa es una semilla pero que se puede consumir como un cereal, por lo que también se le llama pseudocereal y como tal provee la mayor parte de sus calorías en forma de hidratos complejos pero a la vez tiene un alto aporte de proteína.
La receta en sí me ha gustado bastante, muy baja en calorías y muy sabrosa. Esta receta es perfecta si estás a dieta.