De pequeña me encantaban las manitas de cerdo y me tiraba horas repelando los huesecitos. Y sigo igual. Además he leído que las manitas no tienen grasa, principalmente tienen colágeno por eso son buenas para las articulaciones y la piel. No se si creerme todo lo que aparece en internet.
Tengo una buena colección de recetas para cocinar manitas de cerdo y pienso hacerlas todas.
Se ponen las manitas en agua con un chorro de vinagre y las dejamos en la nevera durante 2 horas.
Pasado este tiempo, las enjuagamos bien. Las ponemos en una olla cubiertas de agua y la llevamos a ebullición. Cuando suelten todas las impurezas y floten por el agua, las escurrimos y lavamos bien, así como la olla.
Las volvemos a poner en la olla, cubiertas de agua y todos los ingredientes listados inicialmente. Cerramos la olla y cuando suba la segunda anilla naranja dejamos 15 minutos.
Vamos a por la salsa: en una sartén con aceite ponemos a pochar la zanahoria cortada en rodajas, la cebolla y el ajo. Cuando hayan cogido un poquito de color añadimos la cuchadita de harina, el tomate concentrado y el tomate rallado. Salpimentamos y dejamos sofreír a fuego lento hasta que se evapore el líquido del tomate.
Ponemos este sofrito en el vaso batidor junto con 2 cacillos del caldo de cocer las manitas. Lo trituramos bien y lo volcamos de nuevo a la olla y añadimos las manitas de cerdo y el vino blanco. Dejamos cocer durante 15 minutos.
Mientras, ponemos los ingredientes de la picada en el vaso batidor junto con 2 cacillos de caldo. Trituramos muy bien y añadimos a la olla con las manitas. Mezclamos bien y dejamos a fuego lento durante 15 minutos.