Limpiar los mejillones quitando todas las barbas e impurezas.Echar en una cazuela los mejillones con el vino y el agua, cubrir con tapadera y a fuego medio dejamos que se abran.
Sacar los mejillones de sus cáscaras y reservar. Pasar el caldo por un colador tupido para que no pasen impurezas y reservar.
En cazuela o una sartén grande sofreír la cebolla y el ajo, añadir la maicena disuelta en un poco del caldo de cocer los mejillones, añadirlo a la cebolla dando vueltas con una cuchara de madera, e ir añadiendo caldo hasta que nos guste su espesor. Probar de sal poniendo dos golpes de pimienta.
Dejar hervir esta salsa triturada un par de minutos con los mejillones y moviendo la cazuela.
Al finalizar se echa el perejil para que nos quede verde la salsa.
Se puede triturar haciéndolo en cazuela y queda muy bien.