Disfruta de este exquisito plato griego: Moussaka. La preparación es un tanto laboriosa, pero os aseguramos que merece la pena dedicarle un poco de tiempo y cariño a esta elaboración ¡El resultado es delicioso!
El tomate frito: Lo primero que vamos a hacer es ponernos a freír los tomates, con nuestra receta del tomate frito casero. La única diferencia frente a la receta que tenéis en el enlace es que en lugar de condimentar solamente con sal y azúcar, vamos a añadir un bouquet de hierbas aromáticas, un poco de ajo picado y un poco de pimienta negra recién molida.
Freiremos los tomates y cuando estén listos, retiramos el bouquet de romero y pasamos por el pasapurés, obteniendo un tomate con grandes notas aromáticas.
Ese tomate es estupendo para preparar pizzas caseras, o para alegrar unos espaguettis o cualquier otro plato que lleve tomate, como albóndigas, pollo.
La salsa blanca o salsa Bechamel: Para hacer la bechamel, disolvemos en dos cucharadas de aceite un buen pegote de mantequilla, y una vez disuelto, le añadimos dos cucharadas de harina, y una vez mezclado y tostado, añadimos poco a poco, sin parar de remover, entre 3/4 y un litro de leche entera, a chorritos, formando una crema más o menos espesa.
Al terminar, rectificar de sal y pimienta y añadir un poco de nuez moscada.
Una vez hechos esos dos preparados básicos con carácter previo a la preparación de la receta, la Moussaka es un plato que se prepara en un ratito.
Las Patatas: No es muy frecuente encontrar patatas entre los ingredientes en las recetas de Moussaka que solemos ver en los blogs, pero os aseguro que le dan el toque más auténtico y encajan estupendamente con el resto de los ingredientes, haciendo un plato redondo y completo.
Cortamos las patatas en rodajas tipo panadera y las freímos sin llegar a dorarlas. Reservamos.
Las Berenjenas: Comenzamos cortando las berenjenas en rodajas longitudinales de aproximadamente medio centímetro de grosor, y las dejamos sobre un papel absorbente de cocina, con un poco de sal. Así, en unos 30 minutos, las berenjenas sueltan su agua y ya no amargarán en nuestra receta.
Una vez las tenemos listas, las freímos ligeramente en aceite caliente y las reservamos quitándoles el exceso de aceite en otro papel de cocina. Reservamos.
La carne: Freímos una cebolla muy picadita, con un ajo también en trozos bien pequeños, y la carne picada. En la receta original, se debe usar carne de cordero, podéis pedir en la carnicería. Si lo preferís también se puede hacer, y queda estupendamente, con carne picada de ternera, o de añojo, y también triunfaréis en casa.
Una vez tengáis la carne y la cebolla bien cocinadas, añadimos medio vaso de vino blanco, le añadimos seis o siete cucharadas de nuestro tomate frito y dejamos cocinar unos minutos, mientras mezclamos bien. Añadir una o dos hojas de menta muy picadas y un poco de canela moviendo hasta integrarlos bien. Rectificar de sal y pimienta y reservar para el montaje del plato.
El montaje de la Moussaka griega: En la parte de abajo de una fuente apta para horno, que enmantequillaremos para poder desmoldar bien después, colocamos una capa de patatas que tape el fondo. Sobre ella, colocamos unas berenjenas cubriendo totalmente las patatas.
Ahora una capa de carne picada. Sobre la carne otra vez ponemos una capa de berenjenas, y otra de carne. Finalmente, cubrimos todo con la salsa bechamel. En resumen, empezando por abajo, patatas, berenjenas, carne, berenjenas, carne, bechamel.
Llevamos al horno. Temperatura 170º durante 12 minutos. Luego cubrimos con queso rallado mezclado con pan rallado y lo gratinamos durante otro par de minutos, y a comer.