Lavamos muy bien los niscalos en un recipiente de cocina con abundante agua. Cogemos una bandeja de horno refractaria, echamos el aceite de oliva en su fondo y el vino blanco.
Vamos depositando sobre ello, los niscalos bien limpios y colocados uniformemente. Nos queda espolvorear todo por encima con los dientes de ajo bien picados, el perejil picado, el pan rallado y la pimienta.
Para terminar picamos los dos tomates por encima de los niscalos, lo metemos en el horno a 180º C durante el tiempo necesario hasta que estén bien hechos y listos para servirlos a nuestra mesa.