Estos pimientos están de muerte y os recomiendo que los hagáis cuando tengáis invitados en casa. La mayoría de la gente hace los pimientos rellenos con bechamel, pero a mí en este tipo de platos me gusta más emplear el queso crema.
Lo primero que hacemos es el tomate frito, aunque en este caso como no es época, lo que he hecho es darle un poco más de gusto al tomate triturado. Se echa un poco de aceite de oliva en una sartén y se pone a freír a fuego medio bajo el ajo y la cebolla. Cuando ésta se ha puesto transparente se echan los pimientos del piquillo, se le da un par de vueltas, se añade el tomate triturado y se echa un poco de sal y de azúcar para quitarle la acidez. Se tiene cociendo una media hora y luego se tritura. También podéis utilizar el tomate frito, pero os aconsejo que le añadáis algún pimiento del piquillo para darle más sabor a este producto.
Por otra parte, comenzaremos a realizar la crema con la que rellenaremos los pimientos. Echamos en un vaso para batir las lonchas de jamón york, las anchoas, el queso crema, el tomate natural pelado y la mayonesa. Lo trituráis todo.
Mientras tanto vamos secando los pimientos y les quitamos las pepitas que puedan tener en su interior. Los rellenamos con la mezcla anterior y comenzamos a montar la bandeja que meteremos al horno.
Echamos una base de tomate en la bandeja, colocamos encima los pimientos del piquillo rellenos y echamos queso rallado. Precalentamos el horno a 200º y metemos la bandeja durante 15 o 20 minutos hasta que el queso rallado se funda.