Sé que casi siempre que os pongo una receta empiezo igual, diciendo que está buenísima y es super sana. No os miento, ¡es que es verdad! Cierto es que me encanta la comida y que como de todo, pero las pitas de pollo son uno de los primeros platos que me aventuré a hacer y están muy, pero que muy ricos. Aquí os las dejo :3.
Salpimentamos las pechugas y las cortamos en tiras. En un bol mezclamos 6 cucharadas de aceite de oliva con 2 cucharaditas de curry. Revolvemos en el mismo las tiras de las pechugas con ayuda o bien de las manos o de dos cucharas, hasta que todo el pollo esté bien impregnado de la mezcla del curry y aceite.
Dejamos que reposen un poquito y vamos a ir preparando la salsa de yogur. Os advierto desde ya que el sabor es un poquito ácido y que no es como las salsas de los kebabs, es una salsa casera por lo que el sabor no va a ser igual, ni parecido siquiera, con las salsas industriales, pero aún así: está muy buena y es más sana.
Pelamos el pepino, lo cortamos en trozos más o menos grandes y los metemos en el vaso de la batidora, añadiendo el yogur y el zumo del medio limón. Lo pasamos por la batidora, añadimos sal, perejil y orégano, volvemos a batir y listo. Una sabrosísima salsa :).
Ahora que el pollo habrá reposado al menos unos 5 minutos, calentamos una cucharadita de aceite en una sartén y vamos cocinando media parte del pollo -para que se haga mejor- y removemos con una paleta de madera. Así hasta que hayamos cocinado toda la carne.
El pan de pita lo tostamos unos 15 segundos (o lo que nos aconseje el envase), lo rellenamos de lechuga, tomate, carne y salsa y ¡a zampar!
Espero que os haya gustado tantísimo como a mi familia y que lo hagáis muchísimas veces :)
¡Para más recetas: http://formulasaludable.wordpress.com/2014/10/07/pitas-de-pollo-light !