He aquí todo un clásico de la cocina española pero en vez de utilizar gallina, que hace más sabroso el plato, he usado pollo que es lo que tenía a mano. Como todos los guisos cocinados con vino, esta receta está mejor de un día para otro.
Para acompañar este plato es obligatorio un buen vino y un buen pan para mojar en su maravillosa salsa, una de las mejores salsas del recetario español.
Se salpimientan los muslos y se rebozan en harina:
Se fríen en aceite. Se sacan y se reservan en una cazuela.
Se preparan los ingredientes:
Las hojas de azafrán se torrefactan sobre una hoja de aluminio pero con mucho mucho cuidado que se quema rápido. Se diluyen en agua caliente. Reservar.
Se pelan los huevos duros, se cortan por la mitad y se secan las yemas que se reservan. Las claras se cortan finamente.
En el mismo aceite donde se ha frito el pollo, se fríen las almendras y los piñones a fuego bajo. Cuando ya estén dorados se ponen en el vaso de la batidora:
En el mismo aceite se pocha la cebolla cortada en brunoise y los ajos picaditos, 10 minutos:
Cuando ya esté pochada, añadirla al vaso de la batidora, donde habíamos puesto las almendras y los piñones, junto con el vaso de vino blanco y las 3 yemas de los huevos duros. Se tritura bien hasta formar una pasta que se vuelca sobre el pollo que habíamos reservado en la cazuela junto con una hoja de laurel (se puede chascar en dos para que suelte más aroma...o eso he oído):
Se cubre el guiso de agua y el azafrán diluido en agua (o colorante alimenticio). Se lleva a ebullición. Una vez que empiece a hervir, se baja el fuego al mínimo y se deja cocer 40 minutos o hasta que el pollo esté tierno:
Dar vueltas al guiso de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la olla.
Pasados los 40 minutos, añadir las claras picadas y un poco de perejil. Yo le puse perejil seco que es lo que tenía.
Gracias por tu mensaje. De cualquiera manera está rico este plato :)