Yo creo que esta receta no es un risotto al uso, no lleva ni mantequilla, ni queso... es como un arroz negro en realidad. Dá igual el nombre, el plato está muy rico.
Limpiar los calamares y reservar las tintas. A continuación cortarlos en ruedas, salpimentarlos y freírlos en aceite. Sacarlos y reservar.
En el aceite de freir los calamares, dorar el diente de ajo, sacarlo a un mortero para majarlo con el perejil y las tintas.
Pelar y picar la cebolla y freírla junto con el pimiento picado. Añadir el tomate y el majado del mortero disuelto en el vaso de vino.
Rehogar todo junto, añadir los calamares y el remover sin parar para que se mezclen los sabores y la tinta cubra todo.
Añadir el arroz y rehogar durante unos minutos sin parar de mover. Si fuera necesario se pueden añadir unas cucharadas más de aceite.
Añadir el caldo de pescado hirviendo poco a poco, moviéndolo sin parar. Ir añadiendo cacitos de caldo a medida que se vaya absorbiendo. Cocer durante 20 minutos de esta forma, cacito a cacito hasta que el arroz esté al dente.