Ponemos en un cazo agua a hervir. No tiene que ser mucha cantidad, la suficiente para que al introducir los tallarines queden cubiertos.
Cuando el agua rompa el hervor, echamos los tallarines y con ayuda de una espátula los vamos bajando hasta que queden totalmente cubiertos de agua.
Cuando empiecen a absorber el agua y quede muy poca (unos tres/cuatro minutos), les añadimos la leche y removemos bien. Si nos hubiéramos pasado con el agua, pasados cuatro minutos del hervor, retiramos el agua sobrante y añadimos la leche.
Echamos la sal y dejamos hervir suavemente, removiendo de vez en cuando y con cuidado de que no se pegue al fondo del cazo.
Pasados otros tres/cuatro minutos añadimos el jamón cocido cortado en trocitos, un buen puñado de queso rallado y una cucharada de mantequilla. Removemos bien, damos un hervor y lo retiramos del fuego.
Batimos los dos huevos y los añadimos a la mezcla. Ponemos los tallarines en una fuente refractaria y la metemos al horno a 180º para que cuajen. Este paso de cuajar los huevos al horno se puede saltar, a mi personalmente me basta con que los huevos cuajen con el calor de la pasta, horneados quedan más secos. Servimos solos ó acompañados de salsa de tomate.
Muchass gracias por su mensaje. Nos hace mucha ilusión saber que disfrutas de las recetas que se comparten en la web. Un saludo de parte del equipo de Petitchef.
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