Mientras se descongelaba la masa, fui pelando los langostinos, picándolos en 3 partes cada uno y adobándolos con un diente de ajo, sal y aceite de oliva.
Podríamos ponerle también una cayena o una guindilla, seguro que le queda genial si nos gusta la comida picante.
Limpié los espárragos trigueros, y les saqué la parte leñosa. Un truco muy bueno para saber el punto exacto es partiéndolos con las manos: cogemos con una mano por la base, y vamos intentando partirlo con la otra con una leve presión, avanzando hacia la punta hasta que se rompa. Desde que me dijeron el truco siempre lo hago así, y nunca me ha fallado.
Los pasé por la plancha un rato, hasta que estaban casi hechos, con sal y unas gotitas de aceite de oliva.Hice lo mismo con los champiñones, y luego con los langostinos picados. No hace falta pasarlos del todo, como luego van al horno se terminan de pasar.
Una vez estaban las 3 cosas hechas, las mezclé en la sartén con fuego vivo y le eché un chorrito de salsa de soja, dando unas vueltas para que todo se impregnara bien del sabor. Ya tenemos el relleno listo!
Hacer la trenza es muy sencillo: dividimos el rectángulo de hojalde en 3 partes imaginarias iguales. La central la dejamos tal como está, y a las laterales les hacemos unos cortes como los del dibujo de abajo.
Ponemos en la parte del medio la mezcla de langostinos y verduras, y encima le ponemos unos trozos de mozzarella fresca.
Levantamos y doblamos un poco la parte central tanto arriba como abajo, para que luego el relleno quede bien sellado, y procedemos con el trenzado. Es algo muy sencillo y muy muy vistoso.
Pincelamos con huevo batido, y metemos en el horno precalentado a 180º unos 25-30 minutos.