Mezclamos los ingredientes secos: la harina, el cacao, la levadura y la sal. Por otro lado batimos los huevos, el azúcar y el aceite, y añadimos la mezcla de harina y cacao, y el yogur.
Batimos bien hasta que la mezcla quede homogénea y sin grumos. Vertemos sobre un molde engrasado y enharinado y esparcimos por la superficie la almendra triturada.
Horneamos tras precalentar a 200º, durante diez minutos, y luego bajamos la temperatura a 150º. Apróximadamente en 40 minutos debería estar, lo comprobaremos antes clavándole una aguja de tejer o similar, y si sale sin pegotes es que está.
Mientras el cake se cocina dentro del horno, haremos el almíbar, poniendo a hervir el agua, y añadiendo el azúcar, removiendo sin parar hasta que se disuelva por completo. Sacamos del fuego y añadimos el licor.
Antes de que se enfríe por completo el bizcocho, lo empaparemos con este sirope por todos lados, incluso la base. Cuando creamos que ya no admite más líquido, todavía le echaremos un poco más :
Pepinho recomienda envolverlo en papel film una vez frío, y guardarlo en el frigorífico. También dice que estará todavía más rico pasadas unas 48 horas de reposo, pero eso en mi casa alcanza la categoría de leyenda, porque ninguna de sus recetas podría aguantar tanto tiempo viva aquí.