Precalentamos el horno a 180º C. Engrasamos y enharinamos un molde de unos 23 o 24 cm. de diámetro. Tamizamos la harina, añadimos el bicarbonato, el cacao en polvo, una pizca de sal (realza el sabor del chocolate) y el azúcar impalpable. Mezclamos bien. Batimos los huevos con la vainilla y los añadimos.
Mientras tanto, derretimos la manteca a fuego suave y sin dejar que hierva. Añadimos la Coca Cola con la manteca, removiendo para que se mezcle bien, agregamos la leche y retiramos del fuego.
Rápidamente vertemos los líquidos sobre la mezcla de la harina, removiendo a medida que lo añadimos. Con ayuda de una espátula, mezclamos con cuidado hasta que no queden grumos y la masa esté homogénea.
Volcar en el molde e introducimos en el horno precalentado a 180º C durante unos 40-60 minutos, hasta que al insertar un palillo este salga seco. Una vez cocido, abrimos el horno, lo dejamos unos minutos con el horno abierto y lo retiramos para dejarlo enfriar en el molde, por unos 20 minutos.
Para la cobertura, tamizamos el azúcar, derretimos la manteca a fuego bajo y sin dejar de remover, incorporamos la Coca-cola y el cacao en polvo. Esperamos a que se caliente y disuelva, le añadimos el azúcar polvo. Batimos hasta que forme una pasta, fluida pero consistente.
Inmediatamente cubrimos con el bizcocho todavía en el molde. Echamos en el centro con cuidado para que vaya cayendo hacia los bordes y quede lisa. Llevamos a la heladera hasta que se solidifique, ideal de un día para otro.