En una sartén sin nada de aceite ponemos la harina de almendra y la tostamos un poquito. Reservamos y dejamos enfriar. En un bol ponemos los huevos junto con el azúcar y batimos hasta conseguir una mezcla espumosa y blanquecina. Agregamos la leche tibia, el aceite y la mantequilla y la ralladura de limón y mezclamos. Añadimos la almendra molida tostada y por último incorporamos la harina con la levadura tamizadas y mezclamos hasta conseguir una crema sin grumos.
Para hacer la crema de avellanas, ponemos en una cazuela la leche, las yemas, el azúcar y la maicena y calentamos. Sin dejar de remover, esperamos que espese la crema y la retiramos del fuego. Agregamos la avellana molida y la mantequilla y removemos hasta que se disuelva. Dejamos enfriar.
En un molde de 22 cm ponemos papel de horno en la base y untamos con mantequilla los laterales. Vertemos la mitad de la crema y horneamos a 180 grados unos 12 minutos en la segunda altura por abajo. Sacamos y colocamos la crema de avellana en el centro del bizcocho sin llegar a los bordes. Por último, cubrimos con el resto de la crema comenzando por los laterales y terminando por el centro. Volvemos a introducir al horno unos 22 minutos o hasta que comprobemos que pinchando con un palillo, salga limpio. Dejamos enfriar, desmoldamos y decoramos con azúcar glas a nuestro gusto.