Pelar las peras y colocarlas en una olla junto con el azúcar, el vino, la canela en rama y la piel de la naranja. Cocinar a fuego suave, e ir dándolas vuelta de tanto en tanto para que adquieran color parejo por todos los lados. Estarán listas cuando el vino se haya evaporado casi por completo, quedando apenas un dedito de él en la olla, y también si tocamos las peras notaremos que están blanditas al tacto, sin que lleguen a romperse. En este momento retiramos las peras y dejamos unos minutillos más el vino al fuego para que termine de reducir y nos quede como un jarabe de cierta consistencia que luego usaremos para acompañar a las peras en el momento de servir Nota: Es importante que las peras estén algo duras, ya que de otro modo al cocinarlas se terminarían haciendo un puré, y esa no es la idea. Este es un postre que si lo servimos tibio y lo acompañamos de helado de nata o vainilla queda de vicio; también es muy recomendable un poco de crema chantilly o nata montada, pero si simplemente optamos por las peras y la reducción del vino, vamos a quedar más que satisfechos, porque de por sí el aroma que desprende, el colorido, y el sabor que tiene es magnífico.
Comentarios de los miembros:
ME ENCANTO...... BUENISIMAS QUEDARON
LINDO COLOR Y MUY SABROSAS
Muy ricas, y aún más calientes o caramelizadas!!!!